Saturday, November 13, 2010

Mis niñas

Desde niña mi padre me inculcó el amor por las plantas. Soliamos tener un viviero en un terreno a un lado de la casa del abuelo.

Recuerdo que le ayudabamos plantado las semillas en las camas de foam, decía que nuestros pequeños dedos eran perfectos para el trabajo. Pásabamos horas ayudandolo y nos encantaba, bueno por lo menos a mi, no se si mis hermanos se acuerden, pero yo lo disfrutaba muchísimo.

También recuerdo cruzar la frontera para ir a comprar semillas para petúnias, mary golds, pensamientos y otras flores, hasta la fecha soy muy crítica de las flores de viveros porque según yo, no he encontrado petunias payasito como las que mi papá vendía en aquellos tiempos, tal vez sea el recuerdo solamente, y tal vez si son iguales a las petúnias que veo, pero creo que son recuerdos con mucho amor que tal vez idealice esas petunias porque eran las de mi papi.

Pasaron los años, llego la adolecencia, los novios, amigos, carrera, fiestas, bares y ese contacto con las plantas desapareció para mi, hasta que me case, intenté tener petunias y pensamientos por aquellos bellos recuerdos, pero la verdad es que soy un desastre con las flores, no se me dán, intenté de todo, solo para terminar llorando de coraje cada vez que se me plagaban y morian mis flores.

Así que intenté con las cactáseas y plantas que aparentemente no requieren de muchos cuidados, digo aparentemente porque la verdad es que mucha gente termina por ahogarlas. Para mi han sido mi salvación, son plantas que no se plagan de mosquita blanca, que pueden estar todo el día en el sol y a parte son hermosas. Estoy trantando de hacer un jardín desértico.

Sólo espero algún día poder tener en alguna parte de mi jardín una sección con petunias payasito como las de mis recuerdo...








Está no es desértica, pero es mi orgullo porque me sobrevive, no soy buena con las plantas de sombra :s

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