Sunday, November 07, 2010

Convenciones

Admiro a las personas que son super ordenadas con sus cosas, que siempre dejan sus llaves, bolsas, cargadores, etc etc. en el mismo lugar, todo tiene un lugar y un orden. Tienen rituales en las mañanas en donde toman todo lo necesario para salir a trabajar, llaves, celulares, computadora, y nunca pero nunca se regresan por algo que se les haya olvidado.

Yo, soy todo lo contario, salgo de la casa y siempre se me olvida algo, por lo general son las llaves de la casa, por fortuna mi marido tiene una copia y nunca habia batallado para entrar gracias a el. Mi nextel y celular estar cargados generalmente porque mi honey tiene la amabilidad de conectarlos a la corriente de vez en cuando, aunque debo de confesar que tengo más de un mes sin cel porque no encuento el cargador :S

Ayer por andar a las carreras y salir al mercado a comprar las cosas para la reunión que tendriamos en la noche, se nos olvidaron a los dos las llaves dentro de la casa, osea no lo podiamos creer, no tanto porque se me olvidaran a mi claro esta. Si no porque a mi marido nunca se le olvidan. Para colmo de nuestra mala suerte, descubrimos que exactamente ese día, sábado 6 de Noviembre de 2010 el 99.99% (no lo se con exactitud pero pareciera) de los cerrajeros de nuestra ciudad estaban en una convención a 2 horas de distancia. WTF!!!!! alguien había oido hablar de tal cosa???.. una convención de cerrajeros; supongo que hay muchas técnicas que aprender, nuevos mecanismos de seguridad que se yo, pero porque ese día pues!.

Para no hacerles el cuento largo, después de varias llamadas uno de los cerrajeros que estaba en la convención se apiadó de mi marido y le pasó el cel. de uno que no había ido, aparentemente el único jajaja. Yo creo que esa noche fue la más atareada para el, si es que en verdad era el único cerrajero en todo la ciudad.

Una hora después y 200 pesos menos en la bolsa, ya estabamos dentro de casita, preparando las botanas para la reunión con los amigos. Y nuestra noche fue completamente feliz gracias al cerrajero que por azares del destino no fue a la dichosa convención.

Los cadáveres de la velada

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